Capítulo 2

Tres días antes de volver.

- Eso es un desastre.

No me di cuenta cuando ni como Julieta había entrado a mi habitación, pero al oír su voz, me di vuelta desde mi posición en el suelo y la encontré apuntándome con un dedo.

Miré a mis alrededores, toda la ropa en el suelo y cada uno de mis objetos desparramados de mala gana.

- No todos lo afrontamos tan fácilmente - Repliqué en mi defensa.

Ella negó con un movimiento de cabeza mientras se adentraba a la habitación y levantando mis blusas arrugadas habló:

- Te dejo tres horas para que comiences a empacar y me encuentro esto - Extendió la montonera de ropas que llevaba entre sus manos hacia mí, me encogí de hombros.

No era una exageración de Juli comenzar a empacar tres días antes, teníamos una vida entera aquí y acapararla toda en tres maletas no era tarea para cualquiera.

- Sabes que tendrás que hacerlo - Dijo ella sentándose a mi lado, su mano se posó en mi hombro alentándome. 

- ¿Sabes? Nunca creí que me gustaría tanto España, tanto como para extrañarlo. 

- Solo piensa en el año increíble que acabamos de vivir, ______.

- Y eso me preocupa, echarlo de menos - Alcé mis ojos para mirarla - ¿No quieres quedarte?

Juli soltó una risa y supe que mi remota propuesta no tenía chance de ser aprobada.

- ¿No quieres ver a tu familia? ¿Nuestros amigos?

Hice una mueca obvia.

- Claro que sí, Juli.

- ¿Entonces?

Me estiré antes de levantarme, había estado revolviendo mi habitación entera durante toda la tarde. Me incorporé. 

- No lo sé, han pasado muchas cosas últimamente.

Ella me dirigió una mirada compasiva, ambas sabíamos de quien hablaba sin tener que nombrarlo.

- Tiene que haber una explicación, estoy segura que la hay - Me replicó suavemente.

Negué con la cabeza y una sonrisa irónica  apareció en mi rostro.

- No sigamos dándole vueltas al mismo asunto ¿Sabes qué? Empacaré.

Ella me sonrió devuelta y también se incorporó.

- Me parece bien.

Compartimos un pequeño abrazo y luego me dejó privacidad para que yo, finalmente, afrontara la idea de volver a Inglaterra.

Pero el haberlo mencionado en nuestra reciente conversación significaba volver a caer en la misma sensación de vacío que habitaba en mí desde hacía meses.

Chequee mi celular otra vez, entrando a la casilla de mensajes recibidos, fue en la novena página que encontré el último mensaje que él me había enviado.

Feliz cumpleaños ______, espero que todo esté bien allá.

Saluda a Juli de mi parte :)

Zayn x

Habían pasado seis meses desde ese último mensaje. Ese día Juli tuvo que contenerme para no aventar el celular por la ventana.

Zayn había llamado la noche siguiente que aterricé en España, hablamos menos de treinta minutos, las líneas telefónicas eran terribles y de un momento a otro estaba contándole de la ciudad cuando nuestra llamada repentinamente se cortó.

En ese momento sentí que algo más que nuestros teléfonos se habían cortado.

La comunicación vía e-mail había dado resultado al principio, mi casilla estaba llena de sus mensajes que poco a poco fueron disminuyendo, dejando lugar a mis familiares como protagonistas de mi correo.

No sé si fue el comienzo de vacaciones o las desganas de mantener una amistad a la distancia, que lo desmotivaron a ponerme al día. Al tercer mes, Zayn y yo ya no hablábamos.

Recibir aquel vago mensaje el día de mi cumpleaños me obligó a dejar de mentirme, la amistad entre él y yo se había oficialmente esfumado, volado con la fina brisa del otoño recién llegado.

Por mi parte decidí finalmente abandonar la partida y dejar que las cosas fluyeran a su modo, si él había perdido aquel cariño tan fortificado que nos caracterizaba, entonces no me dejaba opción más que también perder el mío.

Terminar de empacar todo fue una hazaña tortuosa, cada detalle a guardar generaba un mar de recuerdos, mis días en el Instituto Alicante, las personas que había conocido y cada momento que había compartido con mi mejor amiga, todo sumaba un pequeño rasguño más a mi corazón.

- _____....

Juli me sorprendió una hora más tarde, encontrándome sentada sobre una maleta y con los ojos empapados en lágrimas.

- Oh, vamos - Pasó un brazo por mis hombros cuando se sentó a mi lado - Siempre podemos volver.

Me reí entre lágrimas.

- ¿Por qué me toca ser la débil?

Juli se encogió de hombros, la verdad es que en los últimos días ella había asumido el rol de madre, mientras yo me desintegraba emocionalmente en cada gesto que significase despedida.

- Deberías descansar, ______, has estado ordenando todo el día.

Me besó la mejilla en un gesto típico maternal.

- ¡Te quiero, hija! - Gritó saliendo de mi habitación.

Aquella noche soñé con frío, otoño y unos ojos oscuros que no veía hace mucho tiempo, tan vivos como la última vez que los miré.

- Necesitaremos un carro.

Juli miraba nuestro equipaje apilado en una montaña justo en medio del Mc Donalds del aeropuerto.

Sorbí mi bebida llevando mis ojos hacia el mismo lugar y asentí rechazando la idea de arrastrar seis maletas por todo el aeropuerto.

Tras un tercer intento descarté la idea de poder reclinar mi asiento, eché a mi cabeza atrás frustrada.

- ¿Qué te ocurre? - Preguntó Juli quitándose un auricular.

- Estos asientos - Me removí incómoda.

- Es un avión, cariño.

Juli soltó una risa burlona mientras yo luchaba por un poco de confort, el sonido de las puertas cerrarse nos hizo mirar al frente.

Bueno, aquí culminaba todo, me preparaba para decirle adiós a España y hola nuevamente a Inglaterra.

- ¿A qué hora crees que llegaremos? 

Miré mi reloj.

- Si esta demora continúa... Calculo que a la medianoche - Repliqué y de paso bostecé. 

Me dormí casi al instante de despegar, llevaba cargada unas cuantas horas sin dormir debido a los nervios que pasé la noche anterior a nuestro vuelo.

Sentí algo enredar mi muñeca y me desperté sobresaltada viendo la mano de Juli tomarme con fuerza.

Luego la miré con los ojos entrecerrados y ella sonrió.

- Llegamos - Anunció en un suave suspiro que no hizo más que aterrarme.

Después de 365 días, volvíamos a pisar suelo inglés.

-

No me aguanté y les escribí el segundo capítulo :)

Espero que les guste,

Ana