Narrador externo: Harry y Juli.
Detrás de Niall y _____, otro par de personas se dispersó a la salida del instituto.
- ¿A dónde vamos? - Preguntó Juli cuando Harry comenzó a caminar calle abajo.
El rizado no respondió hasta que ella se adelantó hasta llegar a él y jalarle el brazo, entonces él se detuvo.
- Es una sorpresa - Habló por fin esbozando una sonrisa.
Julieta le sostuvo la mirada insistente, pero él no dijo nada más. Soltó una carcajada mientras le rodeaba la espalda con su brazo y lo apoyaba cómodamente sobre sus hombros.
Dejó un beso en su cabeza e insistió en seguir caminando.
- Ahora sí - Harry se paró frente a ella en la esquina de una calle cerca de sus casas.
Juli le miró extrañada cuando Harry se movió detrás de ella, y segundos después, todo se volvió oscuro.
- ¿Harry qué...?
- Shhh - Chistó él obligandola a caminar delante de él - No va a pasarte nada.
Las manos de Harry sobre sus ojos se sentían suaves como el algodón mismo, ella sonrió.
A pasos torpes, entre medio de risas y un Harry protector, llegaron a un punto desconocido por ella, debido a que él aún no la dejaba ver.
- Ahora voy a quitar mis manos - Dijo - Quiero que cuentes hasta tres para abrir los ojos.
Juli asintió mientras sentía como él se movía detrás de ella, apretó los ojos por el imponente rayo de sol y contó tres en voz alta.
En cuanto abrió sus ojos le tomó unos segundos dejar que la borrosidad pase y entonces se cubrió la boca con una mano para evitar soltar un grito.
La encantadora sonrisa de Harry se ensanchó, mientras extendía la rosa que sujetaba en su mano hacia ella.
Julieta estaba atónita ¿Qué estaba ocurriendo? Sí, Harry y ella habían estado saliendo hacía unas semanas, pero nada iba más allá del coqueteo.
En el fondo, ella sabía que él no era exactamente el chico que se sume en una relación, pero por algún motivo, no quería que eso acabe.
- Julieta - Comenzó Harry, el áspero tono de voz endulzante se filtró por sus oídos como una cosquilla - He estado detrás de ti desde que te volví a ver un año después, quizá me gustabas desde antes de que te fueses, pero la cobardía me ganó y nunca dije nada.
Juli bajó la mirada avergonzada pero él volvió a acomodarla contra sus ojos posando dos de sus dedos en su mentón.
- Aún así, tú no sabías nada de mí y yo lo sabía todo de ti - Sonrió nervioso - Pero haber estado compartiendo tanto tiempo contigo desde el inicio del curso me aclaró lo que ya sabía, me gustas, muchísimo.
- Harry... - Soltó ella en un suave susurro, los ojos verdes de él se enfocaron con toda su intensidad en ella - Tú también me gustas, muchísimo.
Esas palabras aventuraron a Harry a dar un paso más cerca de ella y darle la rosa que mantenía entre sus dedos, Juli la tomó acercándola a su nariz, inspirando el fresco aroma.
- Te traje aquí - Dijo él, mirando a sus alrededores aquel parque donde _____ y ella concurrían siempre - Porque es el lugar donde nos volvimos a ver, y desde ese entonces, supe que tenías que ser mía.
Las mejillas de ella se tornaron rojo fuerte, se sentía bailando entre nubes, en otro planeta.
- ¿T-Tuya? - Preguntó, a sabiendas de que Harry no solía tener dueña.
El rizado asintió pasando una mano por su nuca y luego suspiró
- Se que no soy un chico de relación, pero te juro Julieta, que tú vales cualquier compromiso - Su brazo viajó en un movimiento lento a su cintura, enredándola hacia él - Confía en mí, solo quiero una oportunidad ¿Quieres ser mi novia?
Los ojos de Juli salieron de órbita, sus pies abandonaron el cielo y fueron más allá.
- Sí - Contestó sin pensar.
Y para sellar aquel pacto, Harry no necesitó un segundo más para procesar su respuesta, su sonrisa se ensanchó hasta el punto de estallar, mostrando la hilera perfecta de dientes.
Ella soltó una risa que ahogó él, con sus labios en un beso romántico, suave, lleno de promesas.
Juli se apoyó de su nuca para acercarlo más a él, quien acabo por bordear su cuerpo entero entre sus brazos.
La felicidad de ambos estaba en su punto máximo.
Narra _____:
Niall y yo caminábamos sobre el césped de un jardín abierto al público para acortar paso a su casa.
- Si mi trayecto a casa fuese así, definitivamente me iría caminando todos los días - Dije, asombrada por la belleza de los alrededores.
Niall metió sus manos en los bolsillos esbozando una pequeña sonrisa.
- Es mucho mejor cuando vas acompañado.
Sonreí.
Una vez llegados a la casa de Niall, él sacó las llaves y me dejó pasar.
Era bellísima, de color blanco con detalles en madera, parecía delicada y de muy buen gusto.
- Es hermosa - Comenté.
Niall se paseó por la sala y movió su dedo indicándome que lo siga.
- Gracias, ven, vamos a mi habitación.
Niall comenzó a subir los escalones que se encontraban entre medio de una sala y una cocina, yo le seguí.
Cuando estuvimos en la planta alta, no pude evitar soltar una carcajada al ver una foto colgada en la pared en la que salía un pequeño Niall de no más de cinco años a punto de romper en llanto mientras un niño unos cinco años mayor le jalaba de sus cortos cabellos rubios.
- Y ese es Greg - Comentó un poco incómodo.
Me voltee para verlo enfrascado en su propio rubor.
Reí aún más fuerte y no me contuve a jalar sus mejillas.
- Eras la ternura en patas - Dije mientras él hacía muecas sin poder soportar el apretón de mis dedos.
Le solté y él comenzó a frotar sus mejillas fingiendo un dolor horrendo.
- ¿Te duele? - Pregunté dulcemente.
Niall asintió dejando de frotar el rosa en su piel, no sé que me inspiró a hacerlo pero me acerqué un poco más, intentando no sobresaltarlo con mi cercanía y besé su mejilla.
¿Por qué lo hice? No lo sé, simplemente se veía allí adorable y no pude evitarlo.
La sonrisa de Niall no tardó en aparecer, y con un movimiento de cabeza señaló una puerta entreabierta a final del pasillo.
- Vamos - Y rió.
La habitación de Niall era de un hermoso color azul, tenía un escritorio al lado de la puerta y su cama en la pared en frente a esta. Sin embargo, parecía muy él.
Al igual que yo, Niall tenía una gran cartelera decorada de fotos, me acerqué y divisé un montón de su familia, sus amigos y equipos de fútbol.
Voltee, él buscaba prendía su laptop y la cargaba entre sus manos.
- ¿Comenzamos? - Preguntó.
Asentí y lo seguí hasta el borde de su cama para sentarnos.
-
Capítulo corto porque subiré tres :)
Después del partido de Uruguay subo los otros dos, así que por ahora, deseemos que gane!
Las quiere,
Ana